miércoles, 23 de enero de 2008

Yo no sé a ustedes, pero a mí...

Hoy por mi cabeza han pasado varias cosas. Todas ellas tienen que ver con descubrir cosas extrañas. Bueno, en realidad no sé si extrañas, pero en todo caso de ese pequeño conjunto de ideas que aunque resulten sin sentido permanecen en la cabeza ocupando un poco del espacio RAM por largo rato (ay!, la obsesiones).

Pues nada, heme aquí a mitad del tráfico y como descubrí que no traía un disco compacto decente (al más puro estilo de Alice in Chains, los exquisitos Velvet Underground, los soberbios Rolling Stones, o ya de perdida REM), pues nada puse la radio, subí la ventana y me resigné a estar conmigo mismo, aunque la mera verdad hubiera preferido otra compañía menos brusca, más risueña, en fin. Una pantera hubiera estado bien.

Pues como sea, resulta que a mitad del tráfico se me ocurrió poner la radio. En realidad no recuerdo cuál, pero era una estación que sólo transmitía música en espaÑol (se resalta la Ñ por obvio chauvinismo hispano parlante). Todas la rolitas tenían que ver con el amor, las despedidas, los encuentros, la bienvenidas, las falditas cortas y así (Sabina, se te extraña, believe it!).

Para darles una idea del recorrido antropológico por el radio, cito algunos fragmentitos que escuche iterativamente durante casi dos horas:

"...estoy tratando de encontrar esas palabras que describan lo que pasa en mi interior, es como una habitación desordenada, como un 11 de septiembre en nueva york...como vivir en una casa sin ventanas..." (A mí se me hace que el compositor se inspiró en mi estudio, no tengo duda)

"...y entre las llamadas busqué, tu mensaje oculto encontré...dime que me crees, dime que me crees. Dime qué sientes cuándo me ves, cuando me voy, cuando no estoy. Dime ven, ven. Dime. Dime otra vez nunca te olvidé. Dime que quieres volverme a ver..."

"La noche se disuelve, recobra su color. Las sombras desvanecerán, en sueño y en sudor. Y el sol irá saliendo en la ciudad, los autos se delizan y se van...y por favor olvídame, igual que hoy...igual que ayer..."

"Tú, coleccionista de canciones, dame razones para vivir. Tú, la dueña de mis sueños, quédate en ellos y hazme sentir. Y así en tu misterio poder descubrir el sentimiento eterno. Tú con la luna en la cabeza. El lugar en donde empieza el motivo y la ilusión de mi existir. Tan sólo tú. Solamente quiero que seas tú, mi locura, mi tranquilidad y mi delirio..."

Y basta! (Es por tí que mi alma siente diferente. Lo siento, esa frasecilla si me gustó y se me olvídó entrecomillarla)

Bueno, pues nada. Mientras me recitaba la cartelera radiofónica sin cortes comerciales. Pensaba, ¿cuál es la imagen musical del amor? Sí. Ya sé que esta es una maravillosa e inobjetable oportunidad para que mi principal detractora me arrime tubo. (¿Ven?, no mentí cuando dije que eran cosas rarillas). Esas rolitas suenan diferentes a la Trova Yucateca (Ay! la cerveza león y la cochinita pibil), a Jaime Roos (Ay! la pilser y chivitos uruguayos) et. al. El punto es que ya de por sí el amor tiene sus entuertos para encontrarle sentido (qué paradoja, si el amor sólo se siente, ¿a poco no?). Y entonces yo pensaba cuál es la imagen del amor, porque el espaÑol es una lengua generosa y de imaginación, de dulzura y, bueno, también de canijadas de cuando en cuando.

En esas andaba y de repente me dí cuenta que ya me las había aprendido. Es más, casi quiero saber de quiénes son los discos de algunas de esas operas primas. No sólo me las había aprendido, mi pie, como que las andaba quieriendo bailotear.

En fin. ¿Fue el tráfico, los sticky tunes de las rolitas, me estoy volviendo exactamente qué?

¿Alguien tiene alguna idea de la imagen musical de lo amoroso (Gracias Sabines)? ¿O me tendré que quedar con la versión de Ruidos de Jacques Atali?

No sé. Por lo pronto empiezo a creer que estoy enamorado. No. no lo creo. Estoy seguro hasta las chanclas.

4 comentarios:

mArXelLa dijo...

Después de un pequeño imprevisto irremediable al intentar poner mi coment hay va de nuez...Lo he dicho ya, el tráfico de ésta ciudad nos hace de vez en cuando pensar de más y una que otra ocasión hasta nos obliga a chutarnos rolitas pegajosas...en mis días de tráfico que además han sido muchos me han tocado canciones con frases celebres como "el amor es un vicio caro" o " no puedo prometer un por siempre, ni siquiera se si pueda un hoy, todo lo que diga esta noche olvidalo...soñare (nòtese la falta de acento y no es casualidad o mi error, es q dice soñÀre)contigo, si puedo dormir, las noches son largas desde que te vi"...espera, o algo como "la mataviejitas busca a mi abuelita" o "huy guacala que rico..safa fofo yofosafofofo (obra de los de molotov)" jaa creo q no escuchamos la misma estación, pero alguna de las que mencionas las he oìdo alguna vez, pero ni idea de los nombres...si trajeras una pantera a tú lado te irìa mal R! asì q no lo sugieras, es dangerous y por cierto...eso de estar enamorado ajijo esta cañon..te comprendo!!!

El R dijo...

Mi querida Marx-G, tienes razón pensar de más agota. Hasta perder los límites entre la verdad y la
f(r)icción. Veo que lo tuyo también ha sido aventarte tesoros musicales. Al igual que el viejo dicho que dice que "somos lo que comemos", no hay razón para (no vivir espantados) y también creer que también somos lo que escuchamos (ni modo, hay que evitar la transgénesis musical).
Acerca de la pantera, ni qué decir, si la trajera a un lado. Ni quién se acercara.
De tu excalamación sólo puedo decir, en mi escueta defensa, que ya Freud decía que había dos clases de personas. Las felices y las que aman. Yo, para vivir, necesito el amor. ¿Y tú?
Besos como corresponde!

LaClau dijo...

R querido,
Son la edad y el amor, ¿tienes alguna duda? Estás (amos dirías tu) volviendote viejo, y el amor no lo recuerdas, como ayer.....el tiempo pasa....... y que gran confesión. Me da gusto.
XXX

El R dijo...

Mi querida Laclau, qué te digo. La detractora del tubo eres tú y has llegado puntual.De la confesión no sé si te debas alegrar. Corres el riesgo de ir conmigo al supermecado en las madrugadas. Espero que seas insomne.

Te quiero (a pesar de tí y a pesar de mí), ¿de qué otra forma se puede querer?