viernes, 25 de enero de 2008

Tres tristes tigres...

La verdad es que con tu pregunta me transportaste en el tiempo a aquellas épocas en las que soñaba con no ser yo y prefería ser otra persona o un animal. Sí, ya sabes, cuando ante la presencia de un acto o circunstancia inesperada uno decía "esto no me puede estar pasando a mí" o qué tal aquél "sólo a mí me pasan estas cosas". Mucho antes de ver las series animadas con humanoides felinos en el espacio, yo entonces había elegido al tigre de bengala como un modelo de animal en el que me podría "transformificar" (parafraseando a Calvin, el de la historieta). Un claro signo de negación o evasión dirían los especialistas de la salud mental.

Como quiera que sea, todo esto viene a cuento porque cuando decidiste lanzar tu pregunta: "¿con qué animal te identificas?" Mi respuesta fue casi en automático: "pues con un tigre". Claro, como el apéndice o las muelas del juicio, esa respuesta tenía que ver con mis propios vestigios prehistóricos. Sin embargo, una versión más contemporánea, cosmopolita y madura de mi respuesta sería: "pues con un tigre". La razón, como dirías tú, por su tash!

Cuando te lo dije, no sabía el papel que tendría esa respuesta en mi vida. Al estar escuchando un disco de los Who, una frase de la canción se quedó circulando en mi Innernet (Sí. No me equivoqué, no me veas así, no es un error, así lo quise escribir):
"No one knows what is like...
To be the bad man...
To be the sad man...
Behind blue eyes
No one knows what is like...
To be hated...
To be faded...
To telling lies..."

En esas estaba, cuando descubrí que ya no habría más tiempo para decirte que te amaba. Para besarte. Para encontrarte. Para esperarte. Para que lo primero que escuchara en el día fuera tu voz y también lo último.

Mientras escuchaba tu lejanía, sólo podía pensar que los tigres no lloraban, no lloraban, no lloraban, no lloraban. Pero sí. Y que tenían muchas manchas en la piel, marcas en la piel, trazos en la piel, que el tash de los tigres de bengala tenía que ver con los diseños de su piel.

¿Sabías tú que en algunas culturas asíaticas el origen del mundo está relacionado con los tigres? ¿Y que las marcas de su piel se atribuye a eso?

Es extraño cómo pueden pensar eso. Todos sabemos que las marcas de los tigres son por amor...son de dolor.

3 comentarios:

LaClau dijo...

Querido R,
Hoy no tengo muchas palabras, menos ideas, estoy cansada. Sólo quiero decirte que en el silencio también estoy contigo.

El R dijo...

Mi tiernísima Laclau, fiel a la tradición de Calvin y Hobbes (tragicomedia urbana protagonizada por los antes mencionados), lo que en realidad todos sabemos es que una mancha más al tigre...lo convertiría en tapete de Temoaya (claro la reivindicación del nacionalismo y las artesanías regionales, antes que nada). Y pues claro que no!! Me rehuso.

En reciprocidad por tu silencioso apapacho virtual, sólo te puedo mandar una escandalosa y jacarandosa abrazuqueada.

A veces la ficción si supera a la realidad, ¿a poco no?

LaClau dijo...

Hobbes, digo Mr. R,
Pues si, yo diría que la realidad se empeña en demostrarnos que es una mala imitación de la ficción. Sucede cada cosa.
Te mando un ciberjacarandoso beso,