domingo, 13 de enero de 2008

Las (sin)razones de las cosas o por qué las cosas son como son

Para ser un inicio en realidad no sé bien qué escribir, ni cómo contar la historia. Supongo que la manera más fácil es comenzar por el principio caótico que me condujo aquí.

Como una buena parte de las historias urbanas, ésta tiene como referencia la sección de horóscopos del noticiero matutino. La voz de la amistosa horoscopista o como quiera que se le pueda llamar, era convincente "(Virgo. Es momento de crear y decir. Permítete (sic) conocer y proponer. Sal al mundo y decídete. Buen augurio. Mercurio está en tránsito y te favorece)"

Mmta! A ver, a ver. Reconozcamos que a las 7 de la mañana muchas cosas sin sentido, en realidad lo tienen. Una taza de café y comenzó la especulación acerca del misterioso mensaje encerrado en la voz de la horoscopista.

¡Pinche Mercurio! Por qué apareciste esta semana en tránsito. Esta semana es densa, no tengo demasiado tiempo para hacer las cosas que los astros dicen que yo y otra buena cantidad más de vecinos del signo zodiacal debemos andar haciendo. "Permítete conocer y proponer", "Permítete conocer y proponer". Ay, dios ¿Cómo chingados se hace eso? Al fondo Wet, Wet, Wet amenizaba la especulación "...i don't feel the love, i just can hear the words..."

"Sal al mundo y decídete" Bueno eso si lo puedo hacer. No sé sobre qué podría decidir en el orden de la rutina cotidiana si debo ir al supermercado y sólo me gusta un tipo de yogurth, de queso, sólo uno de carnes frías y de transgénicos. En la calidez de mi estudio, a quien con ojos de serena complicidad me gusta imaginar como la baticueva, el olor del café recién molido y preparado inunda la especulación, hace que el frío de la mañana sea menos doloroso, menos grosero, menos menos. "Sal al mundo y decídete". Qué no se habrá equivocado esa mujer y escuché lo que parece una rima publicitaria en lugar del verdadero mensaje "Decídete y sal al mundo", cuya interpretación puede ser sólo "Apúrate y vete". Las 7:40!! Cuál buen augurio ¡otra vez tarde!

El agua caliente es un drama en el estudio. Eso lo sabemos tú y yo. Ese día, sin embargo, el agua caliente salió sin ningún problema (...oooh, picture this, i'm not alone, i'm not alone with my gipsy girl...). A lo mejor sí tenía razón. Ese si podía ser un buen augurio. El agua caliente y el sonido de la palabra augurio me hizo recordarte. Cuando estábamos juntos, y yo creía ingenuamente que sí, alguna vez escuchamos cómo festejaban a alguien y le cantaban en un italiano tropicalizado la mañanitas (Tanti Auguri), pero tú escuchaste (y reconozcamos que siempre fuiste así, sólo oías y veías lo que querías sin ninguna concesión) santiagiurí. Fue aquel mismo día que nos ofrecieron Carpaccio y tú pensaste que el mesero se llamaba Gervasio. Cómo te quise, en fin. El agua seguía saliendo y yo tenía que correr (ahora sí).

La pesadez del recuerdo sólo tiene dos caminos. O se omite o se recrea autobiograficamente para quitarle lo dramático y lo doloroso. Pero si te quito del recuerdo, pensaba en el carro, cómo voy llenar todo el tiempo que te quise. Mejor te cuento, mejor me miento, mejor me invento.

Con el cabello rizado a medio secar seguía pensando en el horóscopo. No es que él fuera monotemático, clavado o no tuviera nada más en qué pensar. Pero se hizo adicto a ellos cuando Bonsai se fue. En realidad creía bien poco en ellos, pero a veces también tenía ganas de escuchar lo que él quisiera. No entendía la gramática, ni la métrica de los astros. ¿Cómo se podía leer el cielo y sus constelaciones? ¿Cómo cada espacio en el espacio podía convertirse en una señal para él? ¿Cómo cada milímetro de estrellas y vastedad podría decirle algo a alguien y que fuera diferente para cada uno? Sigo pensando que el universo es más vasto que el número de humanos en el planeta (aún sumándole a la población china) y entonces una pregunta que le asediaba era: ¿qué ocurría con el espacio que no se usaba para la predicción astrológica porque había más universo que gente? ¿Era un libro en blanco que después se escribiría? A pesar de todo, la idea le gustaba, así su cordón umbilical estaba conectado con el universo. Pero entonces, qué horóscopo era mejor ¿el del canal 2 o el del 13?

La maravilla de la Ciudad es que el tráfico automotriz siempre es una oportunidad para la neurósis o la evasión. Es como dice ella, a quién por cierto descubrí después que te fuiste y que recorre mayores distancias en el auto, una aterradora forma de estar con uno, a pesar de uno mismo. En realidad, nunca entendí por qué te fuiste. Pero hoy, te lo agradezco. Apesar de todo, si pude vivir sin tí.

En un semáfaro en rojo de repente se agolpó el recuerdo de la Tarotista con la que salió algún tiempo. ¡Qué barbaridad! Las cosas que pueden provocar los semáforos. Además de unos ojos verdes subyugantes y una risa de anuncio comercial, ella tenía algo que seducía. Un poco de locura, un poco de ironía. Ella le explicó de la interpretación en la cartomancia, no de la adivinación, sino de las interpretaciones al más puro estilo de terapia de bajo impacto (sí, como los aerobicos que nunca tomaste). Del Tarot lo que más me gustaba era ella. En realidad su piel aceitunada y la combinación con los ojos verdes y el cabello levemente rojo, me parecía espectacular. Me acuerdo que alguna noche mientras cenábamos le pregunté si ella se había leído así misma las cartas. Con sus profundos ojos verdes, me miró y me dijo que no, que no era un tema que quisiera discutir.

- ¿Qué, es cómo si un dentista se hiciera endodoncia solito? Pregunté con descaro.

- No, no quiero saber qué dicen las cartas

Afortunadamente los semáforos en rojo no son eternos. Cuando regresé al mundo vehicular sólo recordé que una noche, después que descubrí que me llamó 15 veces en 20 minutos al teléfono, según el identificador, decidí que ella no era para mí. Nunca supe si se leyó las cartas y me buscaba para preguntarme por qué yo estaba a punto de hacer lo que las cartas le habían dicho que yo haría. Y nunca más nos volvimos a encontrar.

La pesadez del día fue creciendo hasta que unos labios cálidos y tiernos alcanzaron a regresarlo al mundo. Te quiero ¿Me quieres? ¿Por qué me quieres? Las viejas preguntas de todos los días en manos de la dueña de un nihilismo desbordante, una viajera de sensaciones como ella se suele presentar, sólo para que uno no pueda definirla, encontrarla y besarla. Lamento tanto hacer caótico tu mundo y tus certezas, pero la pasión no sabe de equilibrios. Y a veces, yo tampoco. Me besas, me callas, me abrazas.

Cuando la besa, sólo se pregunta cuánto tiempo más podrá lograr resistir los embates. Cuánto tiempo más podrá pasar sin decirle que la ama. Cuánto tiempo y cuánto espacio para decirle que el riesgo de la M, es el riesgo de la R o de la L o de la A. Que cualquier letra del alfabeto está expuesta y que cuando ello pasa no hay ecuación que anticipe, no hay razón, ni diccionario que defina. Que se construye la respuesta. Pero ella quiere saber la definición y cree que sólo hay una. Que no puede haber dos o más definiciones ocupando el mismo espacio. (Aunque lo reconozco, tú y yo sabemos que si puede haberlo, aunque tú siempre lo negaste y creo que sigues pensando que la única definición es la tuya o cómo quién dice "no'más tus chicharrones truenan"). Es difícil.

En realidad no sabe si se lo debe decir. Es inasible. Es rápida. Es a veces un suspiro. Y los suspiros no se deben agitar, porque se pierden. Porque se van.

Por el teléfono móvil entra una llamada. El viejo recuerdo de la adolescencia, de la complicidad, del afecto lo golpea. El tiempo siempre se detiene entre nuestras llamadas. La última vez yo estaba en África y tú en una boda en Michoacán. Esa fue la vida que elegimos y de cuando en cuando recuerdo que también a veces queremos parar y tener y contar lo que a todo mundo parece que le es fácil tener y contar. Pero extrañamente a nosotros no. Qué será. Qué todos los que nos hemos querido desde el principio de los tiempos y fuimos testigos de cómo la noche se volvió día rompimos algún sello que se volvió maldición. No sé. Ya no me da miedo. Tú, ellos, nosotros hemos sobrevivido al terremoto del 85, al final de la revolución sexual, a los divorcios, al éxito, al fracaso, a las certezas familiares, a las elecciones del 88 a las del 2000, a nuestros propios prejuicios, a la muerte de nuestros padres. Somos sobrevivientes y nosotros contaremos nuestra historia.

La dulce voz de ella, nunca ha cambiado. Ella no entiende que para ser una villana se necesita de un talento especial que tristemente no tiene (aquí entre nos, ese es un secreto inconfesable). Pero cada vez que me llama cree que a uno se le puede olvidar la transparencia de su sonrisa. Que se me olvidan los terapéuticos recorridos de madrugada y de maravillosa frivolidad cuando le rompían el corazón o a mí el alma.

- "...estoy experimentando y estoy construyendo un blog...quiero que lo leas y me des tu opinión"

En realidad no supe si reírme o tratarla con solemnidad.

- "Qué opinión quieres de mí. La del que te conoce desde antes que existieran los blogs o la de tu mejor amiga. Porque si es la de tu mejor amiga, ese no soy yo".

Así llegué. Fue un horóscopo que nunca pude descifrar, un recorrido del estudio a la oficina con mucho tráfico, la amorosa presencia de una mujer llena de preguntas que me disturba porque le cuesta trabajo decir te quiero a veces, una taza de café recién molido y la llamada de una inteligente, afectuosa y dulce sobreviviente.

¿Que qué opiné de su blog? Después de leerla, sólo pensé que esta era mi respuesta.

2 comentarios:

LaClau dijo...

Mi querido R,
Esta es una gran respuesta a una sencilla pregunta, en medio de tantos encuentros a distancia, de preguntas con respuesta de múltiple opción, de paseos terapéuticos de madrugada, de compras en el super fuera de hora (o en los tiempos de Scorsese), de vinos chilenos en restaurantes mexicanos, de poesía convertida en prosa y de silencios musicales.

Qué bueno que estás aquí, finalmente, un lugar más en el que desencontrarte.

mArXelLa dijo...

R...tengo más de una hora leyendote, no es que sea lenta jaja, creo q es extraño encontrarte así..por que inevitablemente me pregunto: ¿qué impulsa a una persona a escibirse en la red (a pesar de escribir en 3a pers) y dejar al descubierto una parte de si?..yo no lo se...pero hoy fué un buen día para encontrarte aquí, lo sabes