jueves, 24 de enero de 2008

Un cigarrillo y nada más

Hoy encendí un cigarrillo y te pensé. ¿Por qué si fue hace tanto tiempo que nos dejamos de ver te recordé? Tú entraste de prisa a la habitación sonriendo, pisaste mi zapato al juguetear. Ví tus ojos y te dije te amo. Viste los míos y me dijiste te amo. Sonreíste de nuevo y saliste corriendo.

Yo fumaba cigarrillos normales, tú los fumabas ligeros. Yo de tabaco obscuro, tú mentolados obscenos.

Hoy encendí un cigarrillo y te pensé. ¿Por qué si fue hace tanto te recordé?

3 comentarios:

mArXelLa dijo...

Acostada a su lado, desnudando su alma, entregando su corazón, entre murmullos y besos...él lo susurro en su oído..."te amo"...y no es que ella no escuchara, es que ella se lo había dicho con la mirada...por que ese otro lenguaje, el que no se habla, el que no se explica...ese existía entre los dos...el lenguaje del amor, el que sólo se vive así..inevitablemente

El R dijo...

Mi Marx, lo único que puedo decir es: AH! JIJO! Te entiendo. ¡Ya veo que tu fumas de los míos!

mArXelLa dijo...

mmm...el lenguaje del amor lo he comprendido en la mirada y en el silencio..lo sabes y te entiendo. Pero lo que te quería decir es aunque sean casi indecendetes los mentholados no lo niegues...te gustaron!