Se sentó y encendió un cigarrillo. El humo hacía espirales, subía lento. El recuerdo de ella lo atrapó y sin saber cómo, él también se volvía humo y subía lento. Lento, lento.
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Impulsado por la liviandad y la ligereza, este blog está dedicado a nada en particular, o quizá si, a una revoltura entre imaginación y frivolidad. En realidad ha sido el producto de una mezcla entre ocio, envidia, ganas por hacerlo y una veneración por la claridad de los cómics para dibujar al mundo. Nada es serio y todo importa. Eso resume el signo de los tiempos. No se espera que el Blog sea leído o sustituya al Prozac, al sexo o algún sucedáneo pacificador para hacer amena la existencia.
6 comentarios:
Este post está buenísimo, sumamente gráfico.
El ambiente sumerje.
Saludos
Hey gracias. Ven cuando quieras. Buena bitácora la tuya, en verdad.
Saludos
la imagen me gusta! la espiral atrapaba el recuerdo de ella y la presencia de él
Marx, sip. Los recuerdos como espiral de humo. Delicados, impredecibles, atrapantes.
Bexos
yo también me haría humo...
Querida Claudia (if i may, como dicen los gringos), cuando pasa algunos siempre nos hacemos humo, ¿a poco no?
Besos
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